Se Formo la Sampablera
Llega la hora de dormir y apago la luz de mi habitación camino a la cama con la pijama puesta y cubro mi cuerpo con la frasada que reposaba sobre ella.
En el ajetreo del día surgió algo que no me dejaba conciliar el sueño, así que recorrí a la vieja técnica "contar ovejas". Después de cuatrocientas sesenta y cinco ovejas contadas en diferentes colores, tamaños y formas entendí que no pegaría el ojo hasta que le diera un par de vueltas al asunto en cuestión.
la chica que me gustaba y con la cual a la fecha he salido varias veces se sentía muy atraída por su antiguo novio, la naturaleza de muchas conversaciones que sosteníamos eran de sus defectos (¡Los de su antiguo novio! Los de ella esos sí los meditaba yo en mi cabeza)
Hoy se celebró nuestra cita número nueve y como en todas las anteriores bebimos unas cuantas botellas de vino y después de la segunda volvimos a caer en su vieja relación, no me molestaba que lo hiciera, pero si me incomodaba que llorase y más aún tener que cargarla completamente dormida por los ocho pisos de su departamento para dejarla en la seguridad de su casa.
Recostado sobre mi cama comencé a preguntarme -¿vale la pena continuar?- a lo que mi mente comenzó a meditar entre las distintas facciones que la componían
-¡Wey tú no estás pa' esto!- alegó la razón
-¿Porque tienes acento mexicano?- le pregunté obviando su pregunta
-no lo sé wey, tu me has imaginado así- respondió
-esta bien- me sentí conforme con su respuestas
-¡Vos sos un completo pelotudo! Me cago en la reconcha de tu madre ¿Cuando vas a aprender?- me insulto el orgullo
La razón guardo silencio a la espera de que el orgullo me hiciera entrar en razón y así dejar toda esta descabellada situación
-¿Quien eres tu?- le pregunté al orgullo, no me sentía cómodo tratando con alguien si presentarme
-soy tu orgullo ¿Es que no se nota?- pregunto él
-quisiera decir que es un placer pero me estás insultando ¿Porque tú eres argentino si yo nunca he ido a ese país?- intenté marearle
-¡eso es cosa tuya!-
-¡Lo ves! Ahora hablas como yo, ustedes en definitiva son extraños-
-¿Porque tanto alboroto? ¿No ven la hora que es? Necesito dormir para mantener este bello rostro y todo mi esbelto cuerpo en forma- se hizo presente la vanidad
-¡Tu has de ser mi vanidad!- intenté adivinar
-¡en efecto! Ese soy yo- su vocablo seguro y modismos me alertó de tener cuidado con mis palabras frente a el
-¿Porque has venido?- pregunté
-me apena decirlo, pero concuerdo con el orgullo. Deberías cambiar de lugar conmigo y aprender más de mí- la vanidad extrajo una gran pipa de su bolsillo y la encendió -si yo fuera el principal no estaría en esta situación y aquella chica fuera la que corriera detrás mío ¡Solo mírame! Somos de alta estatura, buen cabello y cuerpo excepcional-
-pero es que...- no sabía que decir frente a este sujeto
-¡Es que nada! Solo cambia de lugar conmigo y todo marcharse mejor ¿No lo crees así razón?- la vanidad se dirigió a la razón y está afirmó con pena, el orgullo un tanto molesto se cruzó de brazos y asentó con la cabeza
-vamos a relajarnos un poco- una cuarta vos rompió la tensión
-¿Que diablos haces aquí conciencia?- dijo de inmediato el orgullo
-no importa que haya venido, ella nunca sera mejor que yo- alegó la vanidad
-¿Porque no escuchar lo que tiene que decir?- intervino la razón
-bien dicho, por eso es que eres la razón siempre estás dispuesto a ver el panorama completo- la consciencia se acercó a mi y me miro de arriba a abajo -¿Tu en verdad la amas?- me preguntó
-cre..eo que si- tartamudee
-recuerda que soy tu consciencia y no puedes engañarme- exclamó
-es que no sé- afirme
-¡ahí está! Tenemos la solución, sí tu mismo no sabes si la amas o no la siguiente pregunta es ¿Porque aceptar esto?-
Mi consiencia era buena dándome rodeos en la cabeza, la razón evaluaba sus palabras y el orgullo se sentía ofendido porque meditaba lo que acababa de decir la consciencia y no sus palabras, la vanidad ni se inmutaba ella está segura de si y aguardaba el momento para cambiar de roles conmigo.
-el problema es que no encaras las cosas y siempre huyes de todo- me espeto el orgullo
-seamos razonables y no recurramos a la violencia- intervino la razón
-tal vez unas cuantas bofetadas en el rostros le ayuden a escucharme- exclamó la conciencia
En medio de toda esa sampablera (desorden) el corazón se me acercó por la espalda y me susurro al oido
-¿Y porque no seguir intentandolo?-
De tanto y tanto entendí que ni conmigo mismo llegaba a un acuerdo y el sueño se apoderó de mi, el orgullo discutía con la consciencia y la razón empleaba sus fuerzas en apasiguarlos, la vanidad limaba sus uñas y el corazón opto por desaparecer, mis ojos comenzaron a cerrarse y caí en un profundo sueño
Autor: Alex V. M

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